Capítulo 14
Los tres fueron llevados hacía una enorme sala donde se encontraron con más
de cien hombres con la típica insignia azul.
-Decidí darles una oportunidad para que vivan –explicó Ienochi -.Reconozco
a los guerreros cuando los veo y ustedes lo son. Los tres pelearan
individualmente con tres de mis mejores hombres, si los vencen, no solo vivirán
sino que además tendrán en el honor de ser parte de mi ejército.
-Y ¿si nos negamos? –inquirió Barrok.
-Serán ejecutados inmediatamente ¿Pelearan?
-No tenemos muchas opciones.
-Excelente que le primero de un paso hacia adelante.
Barrok fue el primero en pasar, se colocó en el medio de la habitación y
allí aguardó a su rival.
“No me importa si estos son los sujetos que están detrás del mago, su poder
es increíble y los quiero en mi ejército” se dijo a si mismo Ienochi.
Un hombre un poco más joven salió de entre medio de la muchedumbre. Miró a
su enemigo y comenzó a caminarle alrededor con el fin de intimidarlo. Lo
insultaba y amagaba a atacarlo con el mismo fin.
-¿Por qué no vienes de una vez? –exclamó el general sonriendo con
arrogancia.
El rival molesto, atacó. Pero Barrok detuvo cuanto embestida recibió.
Cuando tuvo la oportunidad tomó a su enemigo de la muñeca y con fuerza casi
sobrehumana lo revoleó varios metros arrojándolo contra los demás Ienous.
El agredido se levantó con dificultad aún no se daba por vencido. Los
contrincantes volvieron a atacarse, se cruzaron un sinfín de golpes, que poco a
poco fue debilitando al guerrero de la banda azul, mientras Barrok seguía
inmutable. Finalmente el general encontró la oportunidad de terminar con la
batalla y la aprovechó, con todas las fuerzas que tenía le asestó un codazo en
el rostro, dejando a su enemigo inconsciente en el suelo y con un par de
dientes menos.
El segundo fue Nomed a diferencia de Barrok éste contaba con una gran
agilidad y fue la llave para vencer a su rival sin ninguna dificultad.
Fue entonces cuando llegó el turno de Celden.
-¡Vamos bola de grasa! ¡Avanza! –insultó su rival.
-Déjame pelear por él pidió –Barrok a Ienochi.
-De ninguna manera, fui bien claro cada uno tendrá que vencer a uno de mis
guerreros.
Al oír la negativa el guerrero se volteó hacia el obeso compañero.
-Escucha, tienes que derrotar a ese sujeto, ¿entiendes? –explicó Barrok.
-De… acuerdo.
A paso lento avanzó hasta el improvisado cuadrilátero. El Ienou atacó
primero, lanzando un gran número de golpes, pero Celden apenas reaccionó. Una
nueva seguidilla tuvo un resultado similar. El guerrero de la banda azul
cansado de los golpes sin efecto, se posicionó y lanzó con todas sus fuerzas un
golpe directo al abdomen, pero el puño se incrustó en el lugar y poco a poco se
fue hundiendo. En ese momento Celden tomó a su enemigo de la cintura lo dio
vuelta y le aplastó la cabeza contra el suelo.
-¡Waw! –se sorprendió Nomed es un buen guerrero.
Todos los guerreros también lanzaron una exclamación de sorpresa, pero en
seguida siguió por una de asco, al ver que Celden se había arrojado sobre su
enemigo para devorarlo.
-Parece que ya sabemos el motivo por el cual nuestro amigo estaba en
prisión se come a sus víctimas –exclamó Barrok sin inmutarse ni quitar la vista
de la horripilante escena.
-Vengan conmigo –ordenó Ienochi dándole una última mirada a los restos de
su soldado.
Costó mucho apartar a Celden de su manjar pero finalmente los tres
caminaron detrás del hombre del parche.
* *
*
Tainina aguardaba fuera del edificio, ya había visto todo a su alrededor y
tenía solamente dos puertas para entrar y salir y ambas estaba custodiada por
tres guerreros de la banda azul e imaginaba que dentro debía haber muchos más.
Buscar la confrontación no era una alternativa.
-Maldita sea –insulto voz baja e intentando que un plan se pergeñara en su
mente.
* *
*
Barrok junto a sus compañeros ingresaron en una enorme habitación. Ienochi
tomó asiento en un trono hacho de roca y desde allí observó a sus nuevos
hombres.
-Ahora –comenzó por decir –es momento de que sepan de que se trata todo
esto –finalizó con una macabra sonrisa.